esto es una prueba
La institucionalización de todo proceso de integración político-económica acarrea sendos desafíos para los Estados que participan del mismo, como así también para todos los actores que operan al interior de cada uno de ellos. En efecto, la instauración de un bloque de integración exige una adaptación, un ajuste de todos los actores a una nueva realidad de mercado ampliado. Este cúmulo de desafíos, sin embargo, no inhiben el avance de toda empresa de integración. En verdad, es de suponer que si bien existentes y/o inminentes, todos estos desafíos se reportan menores a las oportunidades al momento de la decisión de avanzar y proseguir, luego, hacia la iniciativa integracionista (Dornbush, 1986).